ADRIANA OCHOA / La Cábala / Pulso / San Luis Potosí, S.L.P.
Un día, cuando era alcalde de Soledad, unos señores del crimen organizado le cayeron en el despacho del palacio municipal a Ricardo Gallardo Juárez. Eso dice el reporte de su prueba de polígrafo, un documento hecho para defenderse de las cosas nunca dichas que comparten sus compañeros candidatos a la alcaldía capitalina.
Muy entusiasta, una gallardista que trabaja en el Ayuntamiento de Soledad compartió en su cuenta de Twitter el examen de poligrafía realizado al candidato del PRD a la alcaldía capitalina. “El Lic. Ricardo Gallardo Juárez les pone la mustra (sic) a todos los ‘politicos potosinos’”, posteó.
El mensaje duró unos quince minutos y luego desapareció del timeline. El documento compartido en ese tuit era más grueso que el distribuido formalmente, consistente sólo en carátula, conclusiones finales y rúbrica de la poligrafista con código QR, engarzado en una foto del candidato con una bandera ondeante del PRD.
Quince minutos son suficientes para descargar un documento o capturar las pantallas, aunque luego el vehículo en internet desaparezca. La poligrafista, Mónica Gordoa Mercado, resume que el ex alcalde soledense y ahora aspirante a presidente municipal de San Luis Potosí “no está mintiendo, respondió con veracidad a todas las preguntas que se le formularon”, razón por la cual “se concluye que es una persona Confiable y que no tiene Nexos con el Crimen Organizado (sic)”.
En las observaciones, la poligrafista reporta dos líneas: “El evaluado se mostró serio pero atento, se limitó a contestar las preguntas que se le formularon”. Sobre su empleo y antecedentes laborales, dice que construye fraccionamientos, vende pollos y de este negocio “nació lo de los tráileres”.
Se define “adicto al trabajo” y “un hombre con carácter fuerte”. Dice que no le debe a nadie ni le gustan las tarjetas de crédito; sólo maneja plásticos de débito. “Gasta lo que tiene, no se endeuda”. En el reporte se asienta un ingreso promedio como empresario muy superior al de un alcalde capitalino: 360 mil al mes.
Respecto del tema de los nexos con el crimen organizado, “el entrevistado dijo: que cuando era presidente municipal entraron a su despacho de la presidencia y se entrevistaron con él. Y le pidieron instalara a una persona de ellos como director de comercio a lo que el evaluado se negó motivo por el cual, recibió amenazas de muerte, tuvo que comprar una camioneta y carro blindado”.
No menciona haber solicitado ayuda a una autoridad superior, como cabría esperar. Ni siquiera si se lo contó al gobernador, cuando menos como lamento.
El tema se cierra con un par de líneas más enseguida: “Aclara que sí los conoció en ese momento que se metieron a su oficina pero nunca trabajó con ellos”.
El hombre se describe muy medido con el alcohol, con “una cerveza a la semana” y “una vez al mes o cada quince días”, whisky. De adolescente fumó tabaco, pero lo dejó.
Cuando se le pregunto sobre uso de drogas, respondió “que nunca ha consumido ningún tipo de droga, que sí conoce las semillas de marihuana y que en una ocasión camino al rancho había una mata grande marihuana (sic). Y que es todo lo que conoce físicamente” sobre drogas.
Aseguró que nadie de sus hermanos ni de la familia de su esposa “ha sido detenido por la policía ni han tenido problemas legales”. No hay ninguna referencia a la detención de su hermano Pedro Gallardo, acusado de pretender privar de la libertad a la operadora priista Guadalupe Zavala en las elecciones de 2012. Además, personal de la Policía Municipal de San Luis Potosí guardó una foto con el fondo de escudos de la corporación y la ficha de barandilla del yerno de Gallardo, detenido por una falta vial grave y los dimes y diretes con los agentes; el hombre salió porque “se pidió la atención” a la alcaldía capitalina, eso es lo que recuerdan.
De su situación legal, Gallardo Juárez no mencionó que haya promovido amparo tras la detención de su hijo, en enero pasado, supuestamente en contra de actos de la PGR, la Policía Federal y otras autoridades. En su respuesta se limita a mencionar los problemas legales que suelen tener los empresarios porque “los empleados normalmente demandan” y en ocasiones su empresa sufrió robos, pero son sus representantes legales quienes resuelven.
Sobre su salud, el empresario avícola dice que en escala de uno a diez, “es de nueve”, aunque “cuando fue presidente le dio diabetes por amenazas recibidas”.
Cuando su hijo fue detenido, la PGR filtró a medios del DF datos de la prueba de polígrafo que el joven alcalde con licencia de Soledad se había hecho, con miras a buscar un cargo de elección. Los términos concluyentes a los del examen son similares a los del realizado a su padre: “se mantuvo serio y controlado durante las preguntas e incluso destacó que es ‘una persona confiable para sus funciones’”. La poligrafista es también Mónica Gordoa Mercado.
La poligrafista no era ninguna desconocida para la alcaldía soledense, como se colige del acta de autorización del Comité de Adquisiciones de ese ayuntamiento, fechada el 16 de octubre de 2013, en la que se justifica la adjudicación directa para contratar los servicios de Mónica Gordoa Mercado, pagaderos con recursos de Subsemun para los programas de seguridad municipal.
La prueba cumple un requisito de su partido, el PRD, al que le dio por cuidarse de no generar más Abarcas, como el edil de Iguala, pero también pretende combatir etiquetas impuestas incluso a través de cosas nunca dichas, como los motivos de sus compañeros candidatos de otros partidos para no invitar a Gallardo a pedir una revisión de la PGR a sus vidas y el fin de las agresiones a sus operadores.
Polígrafo contra persistentes imaginarios compartidos.
El batidero en pleno
La semana cerró para las campañas con muestrario de lodos, pudres, fetideces y precariedades como para ahuyentar de las urnas al votante más bienintencionado.
Como la autoridad estatal vive ya en Babia, los candidatos a alcaldes de las distintas fuerzas políticas, excepto el perredista Ricardo Gallardo Juárez que no fue convocado, se juntaron en una sola mesa para pedir seguridad y ponerse a disposición de la PGR para que los investigue. Percepción, malos sueños o realidad, no lo aclaran, pero que tal postura los haya juntado, pesa.
Luego, la exhibida del portal capitalino “La Silla Rota” a la candidata del PRI a la diputación local por el distrito VIX, Rebeca Terán Guevara, audiograbada en frenética operación de “pase de charola” para un evento de Juan Manuel Carreras, disipa toda duda respecto de la supervivencia del viejo PRI. No hay PRI renovado, son los mismos con las mismas mañas.
A doña Rebeca la grabó alguno de los presentes en el lugar desde donde estuvo haciendo las llamadas. No es una intervención telefónica, no se escucha al interlocutor; el de la travesura fue alguien en su misma mesa y que no la quiere nada.
La señora Terán pedía aportaciones personales a los alcaldes para costear un evento de 200 mil pesos para Carreras. Dice el delegado del PRI, don Melquiades Morales, que es legal y normal hacer aportaciones; no dice mal hablando en estricta legalidad. La atolondrada Terán no andaba pidiendo “moches” de los fondos públicos, hasta eso. Pedía, eso sí, tapar con facturas de cualquier cosa la erogación, algo chueco. Lo que el señor Morales sí esfuma de vista es que el tope de topes para campaña a gobernador es de 19 millones 745 mil 961 pesos y un evento de 200 mil no es ninguna baratura. Pero además, las aportaciones particulares no pueden ser más de la mitad del gasto tope de campaña.
Si a la panista Sonia Mendoza ya le promueven en Ceepac una denuncia por rebasar gastos, Carreras no anda en las doradas modestias. Basta con ver la camioneta que usa el candidato para sus traslados y no es el único vehículo rodando.
Del debate ya esperábamos un muermo. Lo que ahí se hizo o se dijo, ni al caso. El PAN madruga y se avienta una encuesta de una agencia super patito y hasta le pone el logo del Ceepac, todo para dar por vencedora a Sonia Mendoza. La candidata asegura que no sabe quién de su equipo hizo semejante operación, como de seguro tampoco sabe Carreras quién entre sus colaboradores fue a Matehuala a rescatar un video de un pleito de familia de hace cuatro años, por quince mil pesos constantes y sonantes, y se aplicó a revivirle el muerto a la candidata panista. Si no hay propuestas decentes en estas campañas, tampoco hay gente inocente.
Nadie le pega a un perdedor, es lo sabe cualquier puntero en una campaña. Gestionar las embestidas es parte de la chama del que tiene más posibilidades de ganar. Pero a Sonia y al Güero los pone muy mal un golpe, a juzgar las reacciones que tienen la candidata, muy expresiva, y el staff del priista, inexpresivo él pero rodeado de espíritus palanganeros.
Ahí anduvo el equipo carrerista, haciendo destacar a posteriori que el priista se comprometió a castigar corruptelas cuando llegue. Y que él y sólo él gobernará a partir del 26 de septiembre. A ver si no le sale otro aventado que lo rete con la apuesta de comerse un directorio en la plaza, como “El Chiquilín” al procurador.
El pleito en el debate, y todavía por la candidatura del PRD, lo armaron Eugenio Govea, del MC, y Fernando Pérez Espinosa “El Calolo”.
Que el Güerito estuvo muy bien en las cámaras, a diferencia de una Sonia que lee y se la comen los nervios. Hay diversas maneras de asomarse a la gloria. Con un tino de billarista de fantasía, un analista de Global Media le puso a Carreras “el Floyd Mayweather potosino”: no pelea, corre, corre, corre y se escurre en el ring hasta sacar el compromiso sin gracia alguna, pero por descarte.
